La Restauración de una Villa Morisca del siglo XIX: Villa Casamaures
Villa Casamaures tras la intervención.
Historia de su construcción
A mediados del siglo XIX, el ingeniero Louis Vicat encuentra el secreto perdido del cemento romano y pone en marcha la primera fábrica de cemento artificial con ayuda de su hijo, Joseph Vicat.
Había explorado el suelo de la Francia entera para localizar los yacimientos de las rocas calcáreas conteniendo una dosis suficiente de arcilla para producir, al cocerlas con carbón mineral y molerlas, un cemento natural. Las galerías de extracción y las fábricas de cemento pulularon en los dos valles que confluyen en Grenoble, con pendientes donde afloran capas de caliza. El carbón provenía de las minas vecinas. La primera fábrica de cemento natural estaba en La Puerta de Francia, en la entrada de la ciudad. En la explanada cercana al río Isère se instalaron los moldeadores, italianos en mayoría, que usaban con maestría este material de uso tan fácil y mucho más barato que la piedra. Así se desarrolló toda una industria de la construcción que conservaba un lado artesanal cuando se trataba de ornamentación, la industria del ”oro gris”, la quimera del oro gris.
La vista más habitual de Grenoble es la del río, con las montañas nevadas y el teleférico. En el municipio vecino de Saint Martin le Vinoux, a unos cientos metros de la Puerta de Francia, surge otro paisaje: una casa oriental envuelta en un jardin exuberante.
En 1855 Joseph Julien Cochard, residente de Grenoble compra un solar al lado del río, en las afueras de la ciudad. Edifica bancales en la pendiente del macizo de Chartreuse, planta árboles exóticos y un jardín de flores con perfumes suaves aprovechando el microclima de la zona y encomienda construir una casa muy especial, hecha de columnas, arcos, vidrieras, pintada de azul ultramar y rojo profundo.
La villa está enteramente construída con cemento natural usando un proceso de moldeo por vertido y completada en 1867. Convirtiéndose así en posiblemente la única villa con decoraciones inspiradas en el estilo neomorisco otomano del siglo XIX en Francia.
La proximidad con los moldeadores de la Puerta de Francia facilita los pedidos para las 52 columnas, los arcos de las 36 ventanas, con modelos diferentes entre las dos plantas principales, sin olvidarse del resto del decorado. Para cada arco hacen falta 7 piezas, para cada columna se moldea un fuste, liso o acanalado, más la base y el capitel.
El declive
Por desgracia, tras 23 años de construcción y mantenimiento de la casa, los alrededores y los jardines, el señor Jullien acaba arruinado, y pierda la casa a sus acreedores.
Durante un siglo la finca pasa por 13 propietarios diferentes, los herederos parcelan el solar. Al lado del río se construye una carretera que se volverá autopista, una fábrica cercana compra parte de los jardines, los estanques y las estatuas son destruidos para edificar almacenes.
A principios del siglo XX la villa está totalmente abandonada. Sufriendo bombardeos cercanos durante las dos guerras mundiales, las ventanas y vidrieras acaban destruidas, y las paredes y terrazas fracturadas.
Con el tiempo, la lluvia, la nieve y el frío, acaban por destruir gran parte del exterior. Con la presencia habitual de vagabundos que usan la madera de los muebles como calefacción y hasta el parqué del comedor, el sueño morisco de Joseph Jullien es ahora algo del pasado.
Detalles del Proyecto
Estilo: Neo-morisco
Fecha de construcción: 1855
Arquitecto: Desconocido
Ingeniero: Milly dit Brionnet
Comisionado por: Joseph Jullien, dit Cochard
Restauración
Año de Restauración: 1987 - 2004
Propietaria actual: Christiane Guichard
Status patrimonial: Classé MH (1992)
Material utilizado: Cemento Natural Prompt
La Restauración
Después de años de abandono, en 1981, Christiane Guichard decide comprar la villa con el fin de restaurarla. La llama Cas’amore, casa amor, porque se había enamorado de aquella ruina. En 1985 funda una asociación para recaudar fondos y restaurarla, consiguiendo una año después, en 1986, que el Ministerio de Cultura clasifique la villa como Patrimonio Histórico, con el nombre de Casamaures.
Desde ese momento, poco a poco, la Villa Casamaures será rehabilitada en toda su esplendor, recobrará sus colores después de la consolidación de los cimientos, la refección del tejado, la compostura del jardín poblado de nuevo de granados, pasionarias, plátanos y flores azules y amarillas.
Casamaures representa el primer Monumento Histórico de la era del “oro gris” construido en Francia. Junta a ella, vive el último testigo del antiguo jardín exótico, una vieja magnolia de 150 años que fue galardonada con el “Arbre remarquable de France ” en 2007.
Proceso de restauración
Exteriores tras la restauración
Interiores tras la Restauración
Resultado: Antes y Después
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